Todavía escucho a muchas mujeres quejarse; “Es que mi marido no me ayuda en casa”, Y yo les pregunto a todas esas mujeres ¿hasta cuándo va a durar esto? ¿Es que aún no somos conscientes que no nos tienen que ayudar?, simplemente tienen que hacer las tareas al igual que nosotras, lo que se llama compartir.
Vivimos en el siglo XXI y aún ciertas mujeres asumen que las tareas del hogar es cosa de mujeres, y tenemos que esperar a que los maridos decidan prestar su ayuda, pues no señoras, dejad de asumid ese rol, porque si no estaremos siendo tan culpables como ellos por consentir una actitud en la que siempre estamos en desventaja.
Aún hay muchas mamas que cuando sus hijos varones se van de casa siguen planchándole la ropa o haciéndoles alguna que otra tarea, y siguen haciéndolo cuando su hijito vive en pareja, con la excusa de que las mujeres de ahora no quieren hacer nada. Y creerán las buenas señoras que les están haciendo un bien.
Sí, es así, y esto lo he vivido en carne propia. La historia es esta, te vas de casa de tus padres a vivir con el hombre que hasta ese momento es el hombre perfecto. Empiezas la convivencia llena de ilusiones y cuando te das cuenta, trabajas las mismas horas que él, pero al llegar a casa, te espera la comida, la compra, la plancha, la limpieza, porque el chico perfecto no sabe hacer nada, y lo que es peor no quiere o no le interesa aprender. Y a esto se une la suegra diciendo que las mujeres de ahora no sabemos llevar una casa. Al final ilusiones rotas, parejas rotas, decepción y más decepción.
Podría aceptar que generaciones anteriores, por la educación machista que recibieron, o por su forma de vida, actúen así, ya que antes las mujeres hacían las tareas de casa mientras los maridos trabajaban fuera. Pero las cosas han cambiado, ahora las mujeres trabajamos fuera y dentro de casa. Ahora es inaceptable que las mujeres critiquemos a otras mujeres a favor de los hombres. En nosotras está cambiar esto. El peor machismo es el que nos llega de otras mujeres.
Las mamas de ahora tenéis la oportunidad de educar a vuestros hijos en la igualdad, no repitáis el error de madres y abuelas que no veían con buenos ojos que sus hijos hicieran ningún tipo de tareas del hogar. Educad a los niños sin roles de trabajo de hombres o trabajo de mujeres, evitareis muchas decepciones.